domingo, 11 de junio de 2023

LA RUTA DE LOS MISTERIOS

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Hola lectores/as:

En una ocasión, buscando información sobre viajes en autocar, me encontré con diferentes itinerarios de viajes escritos por algunos viajeros y así se me ocurrió escribir un relato inventado que comparto con vosotros/as y espero sea de vuestro agrado.


“LA RUTA DE LOS MISTERIOS”

 

Con sólo un día de antelación a la Semana Santa, mi jefa me dijo que podía disponer de unos días  para vacaciones.

No me gusta la improvisación, así que pensé que lo mejor que podía hacer era pasear por Barcelona y conocerla un poco mejor.

Mi tía, al enterarse de mi situación, no dudó en proponerme que viajara con ella y sus amigas hasta Galicia. Quedaba una plaza libre en el autocar y estarían encantadas de que me uniese al grupo.

Hacer un viaje en autocar, en compañía de unas mujeres de más de sesenta años, amantes de los misterios,  no me parecía el plan perfecto pero era preferible a quedarme en casa.

A la mañana siguiente, me dirigí a la estación de autobuses Nord donde me esperaban mi tía y sus amigas. Me explicaron que habían alquilado un autocar de la empresa XXX para que las llevara por la ruta Barcelona-Santiago de Compostela,  que ellos tenían dentro de sus ofertas, pero deteniéndose en aquellos lugares donde pudiesen visitar sitios que guardasen algún misterio inexplicable.

Yo estaba acostumbrada a viajar en tren o avión y desconocía cómo sería realizar un viaje tan largo en autocar. Empezaba a arrepentirme por haberme dejado convencer para ir con ellas, hasta que vi el autocar. Me sorprendió gratamente su aspecto. Era de los más modernos, y ofrecía servicios extra: catering, control y recepción de equipaje, bebidas frías y cafetería, servicio de azafata a bordo. La línea del vehículo era elegante, moderna y ecológica, así lo pude confirmar al comprobar que utilizaban “biodiésel” como combustible.

El chófer  nos ayudó a guardar el equipaje. Unos minutos más tarde la azafata nos avisó de que ya podíamos subir y comprobó la lista de pasajeros. Nos entregó una botella de agua y un paquete de galletas a cada una, asegurándonos, muy amablemente, que durante el viaje podríamos disponer también de café, refrescos, zumos y bollitos. Tuvieron la gentileza de tener galletas sin azúcar y sin gluten, a gusto de la consumidora.

Mi tía me había comentado que íbamos a tener un viaje estupendo y de lujo pero, la verdad, no me esperaba tantas atenciones en un autocar por mucho que se pagara por el billete.

 Los asientos eran confortables y nos sorprendió comprobar que teníamos una televisión por asiento, además de canal WIFI gratis. El chófer cerró la puerta y se puso en marcha. Nuestro primer destino era Zaragoza. Tardaríamos unas tres horas en llegar. Tiempo que aproveché para dormir un poco.

 

Desperté cuando salíamos de Lleida y el chófer se adentraba en la AP2 (autopista de peaje).  Mi tía leía un libro y yo decidí ver una película en el canal-ocio.

La  primera visita que hicimos en Zaragoza fue a la Plaza del Pilar. El recorrido lo hicimos rápido. Al grupo sólo le interesaba entrar en la Basílica Catedral Nuestra Señora del Pilar para visitar las bombas que, según la leyenda, nunca llegaron a explotar gracias a la Virgen. Insistí en que viésemos a la Pilarica y aceptaron, aunque  ellas, grandes viajeras, ya conocían la ciudad y sus maravillas.



 

La Seo, Catedral de San Salvador, sólo la vimos por fuera. Fuimos a la plaza de San Felipe para fotografiar la estatua del niño que mira a la torre que ya no está. Me refiero a la Torre Nueva, de arte mudéjar, una de las más importantes de España y que decidieron demoler en el año 1892.  Luego, nos dirigimos al Puente de Piedra desde donde se pueden hacer las mejores fotos de la Basílica. Pero a mi tía y sus amigas sólo les interesaba mirar al río porque dicen que en el margen izquierdo está el Pozo de San Lázaro, una puerta al Más Allá que se lleva a todo desafortunado que se ahoga en el río y no vuelve a aparecer nunca más.

Visitamos el Parque Macanaz bajo cuyo suelo hay una fosa común donde reposan quince mil personas, muertas entre 1808 y 1809.

Después de comer en un restaurante típico de la zona, regresamos al autocar para seguir con la ruta. Pasamos por la calle de Anselmo Gascón de Gotor, un burgués zaragozano que se pronunció en contra del derribo de la Torre Nueva y al que Zaragoza brindó una calle. Pero esta historia poco interesaba en ese momento a mi tía y sus amigas. Sólo querían contemplar y fotografiar la casa donde antiguamente se manifestó un duende. De aquella casa queda poco. Ahora es un edificio moderno, aunque se llama “Edificio Duende”, y la historia sigue presente en la mente de todos los amantes del misterio.

Después de recorrer la Plaza de Santo Domingo, otro lugar donde hay una fosa común, con unos siete mil  muertos, pasamos la noche en el Hotel Meliá, antiguamente Hotel Corona de Aragón. El interés que tenía el grupo era visitar la habitación 510, famosa por los sucesos extraños que acontecen en ella desde un fatídico incendio en el año 1979. Afortunadamente, a mí no me tocó dormir en esa habitación. No creo en experiencias paranormales pero tampoco me gusta tentar la suerte.

 

Al día siguiente  salimos hacia Logroño. Teníamos una hora y cuarenta y cinco minutos de viaje, por la AP68. Antes de llegar a la ciudad, nos detuvimos en Turruncún, un pueblo abandonado y en ruinas que es conocido por ser un punto de encuentro con los ovnis (objetos volantes no identificados). Sólo se mantiene en pie la iglesia y una escuela. Aún así, hay un espacio de recreo donde se puede pasar el día. Escudriñamos el cielo mas no vimos ningún ovni.

Llegamos a Logroño, una ciudad pequeña pero encantadora. Después de comer nos apuntamos para hacer la “Ruta de la Inquisición”.

Una guía nos enseñó los lugares donde se sucedieron  los hechos durante los años de la Inquisición de Logroño, en el siglo XVII.

La ruta empieza en el lugar donde estaba ubicado el Palacio del Tribunal de la Santa Inquisición, cerca del convento de Valbuena, aunque no quedan restos del mismo. Luego fuimos a la calle Barriocepo, donde está  la Casa de Mateo de Nuevas, quien fue secretario del Secreto de la Inquisición. Sobre la bóveda puede verse el escudo de la Santa Inquisición.

También fuimos al parque del Ebro, concretamente al “Bosque de la Memoria”, donde hay plantados once olmos en memoria por las personas que fueron condenadas a la hoguera en el año 1610.

Otros lugares que incluyen el recorrido son la iglesia de Santiago el Real y la de San Bartolomé. Por el camino pudimos ver famosas casas de época, como “La Reja Dorada”, donde estaba la bodega de vino más antigua de Logroño. Era obligado visitar el Palacio Yanguas, un museo dedicado al vino.


Aparte del recorrido “inquisitorial”, pudimos disfrutar de lugares que son de obligado paso para los peregrinos que realizan el Camino de Santiago.

Regresamos al autocar satisfechas con lo visto y aprendido y salimos de Logroño rumbo a Burgos. No iríamos a la ciudad, sino que nos desviaríamos para ir directamente a San Pantaleón de Losa, en la Comarca de Las Merindades, un lugar mágico que está relacionado con las leyendas artúricas y el Santo Grial.

Por la noche, cenamos y dormimos en el albergue de Villalba de Losa y, a la mañana siguiente, continuamos el viaje hasta nuestro destino.

La ermita de San Pantaleón, está en el Valle de Losa, fue construida sobre una peña, a finales del siglo XII y principios del siglo XIII, llamada la Peña Colorada, que tiene forma de barco. La ermita, de arte románico, es pequeña pero de gran belleza y originalidad.  Lo que más llama la atención son las figuras que hay en la portada. La que está a la izquierda es una figura humana de aspecto mesopotámico que se atribuye a diferentes personajes: Sansón, un atlante, Hércules, Noé. Y, a la derecha, se puede ver una columna en forma de rayo o serpiente también esculpido en la piedra.




Cerca de allí, a pocos kilómetros, hay dos pueblos que se llaman Criales y Santa María de Siones, dos nombres también relacionados con el Grial  y los templarios. La leyenda dice que el Santo Grial, la copa que recogió la sangre de Cristo, está en Burgos y contuvo una vez la sangre del santo Pantaleón.

Regresamos al autocar para continuar el viaje. Comimos en Burgos e hicimos una brevísima ruta turística. Sólo pudimos ver la catedral por fuera, una auténtica joya gótica,  y las calles circundantes. Queríamos llegar a Benavente antes de la noche.

Aproveché las dos horas y media de viaje que nos quedaba para ver una película.

En Benavente, provincia de Zamora, visitamos el teatro Reina Sofía, construido en el año 1928, donde se pueden oír pasos y ruidos extraños que más tienen que ver con el Más Allá, que acá.



El espacio escénico se levantó sobre las dependencias del Convento de Santo Domingo, del que se conservan algunos resto y, quizás, algún espíritu.

Admiramos la belleza y elegancia del teatro, que fue restaurado y embellecido recientemente, y salimos de allí sin haber visto ni oído nada extraño.

Pasamos la noche en Benavente y, de madrugada, salimos hacia Lugo.

En la provincia de Lugo era obligado detenerse en Piedrafita do Cebreiro para visitar la iglesia Santa María la Real, relacionada con el Santo Grial y otras leyendas. Es de estilo románico, construida en el siglo IX y, según la leyenda, en ella se guarda la copa sagrada. Así lo entienden quienes leen el libro “Parsifal”, de Robert Wagner, en donde sitúa el templo donde se guarda la reliquia en las montañas más septentrionales de España.

 

Tras esa visita, fuimos a Lugo ciudad y  degustamos platos típicos de Galicia. Por la tarde haríamos un pequeño recorrido por la zona vieja para conocer la muralla, una fortificación romana, declarada Monumento Nacional y declarada Patrimonio de la Humanidad. También visitamos la catedral de Santa María, un monumento románico que tiene añadidos góticos, barrocos y neoclásicos, también declarada Patrimonio de la Humanidad por pertenecer a los Caminos Primitivos y  Norte.  Quizá lo más misterioso que hay en este lugar es la cantidad de tumbas sin identificar o de dudosa pertenencia, como la de Santa Froila, situada junto la capilla de su hijo, San Froilán, patrón de Lugo. Aunque dicen que realmente quien descansa en ella es el obispo Odoario. Sobre la puerta que sale a la plaza Pío XII está escrito un acróstico que podría ser un epitafio referente al obispo. También se comenta que la tumba pertenece a San Froilán y el nombre “Froila” sólo sería una derivación.



Me llamó la atención por su pintoresco decorado, al lado de la catedral, en la calle Bon Xesús, una tienda que, además de vender todo tipo de artesanía gallega y licores, se dedica especialmente a la venta de brujas. Las ventanas y los balcones de sus tres pisos que dan a la calle están adornados con brujas de diferentes tamaños. Es imposible no caer en la tentación de entrar y comprar algo.

A media tarde regresamos al autocar y continuamos el viaje. Nuestro próximo destino sería A Coruña. Tardaríamos poco más de una hora en llegar.

Durante el trayecto, la azafata nos sirvió café y galletas. Aproveché para leer un poco.

En A  Coruña, después de ir al hotel y dejar los equipajes en las habitaciones, nos dirigirnos al jardín San Carlos con la mayor celeridad posible porque disponíamos de poco tiempo antes de que cerrara.

El jardín había sido un castillo defensivo en el siglo XIV, y en el año 1894, don Francisco de Mazarredo lo transformó convirtiéndolo en un jardín de aspecto romántico.

En este bello lugar, junto a unos olmos centenarios, está la tumba del general John Moore, que murió en 1809 defendiendo la ciudad contra los franceses, en la batalla conocida como “Batalla de Elviña”. Pero el misterio que encierra este lugar tiene que ver con el fantasma de Lady Hester Stanhope, supuesta amante del general. Según la leyenda su fantasma surge delante de la tumba y se pasea por el jardín, vestida de blanco, con sombrero que oculta su rostro.


Aunque no es posible permanecer de noche en el jardín, mi tía y sus amigas decidieron quedar unos minutos cerca del recinto, con la esperanza de poder ver el fantasma. Desde allí también se puede apreciar vistas espectaculares del puerto. Del fantasma no hubo ni rastro. 

Desde allí fuimos al cementerio de San Amaro, lugar declarado de interés turístico, cuyo nombre está asociado al Más Allá, la búsqueda del Paraíso y la intemporalidad. Es un cementerio marítimo con una gran simbología celta. Está dividido en tres zonas: la religiosa, la británica y la civil.

El cementerio tiene un gran valor por su contenido histórico, arquitectónico y artístico. Es una de las mejores muestras del Neoclásico. Y hay varios ilustres enterrados en él.

Se pueden hacer diferentes rutas, pero el grupo decidió visitarlo de noche. Y, la verdad, pasear por un cementerio con antorchas encendidas y un señor vestido con capa explicándonos anécdotas e historias sobre muertos, da un poco de miedo.

La zona que más me impactó fue la dedicada a las sepulturas de los niños. Numerosas víctimas de la epidemia de cólera de 1854.

Al día siguiente, visitamos la Torre de Hércules famosa por ser el único faro de romano que sigue en funcionamiento hoy en día, en todo el mundo. Data del siglo I. Tiene cincuenta y siete metros de altura, que lo convierte en el tercer faro más alto de España.



Salimos de A Coruña para finalizar el viaje en Santiago de Compostela, para muchos el final de la Ruta Xacobea (Jacobea).

Después de visitar la catedral, lugar donde se dice que está enterrado el Apóstol Santiago, y centro de peregrinación desde la Edad Media, recorrimos algunas calles y plazas de la ciudad.

Llegamos a la Plaza de San Fiz de Solovio, donde se encuentra la iglesia más antigua de la ciudad. Según la tradición, allí vivía el ermitaño Paio, quien descubrió las reliquias del Apóstol. Lo que nos interesaba ver era el cruceiro del Estudiante. Su construcción fue pagada por una mujer, Isabel de Sotomayor, en memoria de su hijo, Manuel Ramírez de Arellano. El estudiante fue asesinado en una encrucijada de caminos, a las afueras de la ciudad, aunque la leyenda dice que se suicidó por amor. El cruceiro fue trasladado recientemente a la plaza de San Fiz. El misterio está en las palabras que se esculpieron en él. Si se forma una línea con la última sílaba del segundo apellido y una de las frases piadosas, se puede leer una extraña petición: “No roguéis a Dios por él”. Seguro que es una simple casualidad, aunque en Galicia, nunca se sabe.

 Al caer la noche, fuimos a la Plaza de la Quintana. Cuando se enciende el alumbrado se puede ver la sombra de un peregrino sobre la fachada de la catedral.

En realidad, es una sombra proyectada por la iluminación nocturna de la catedral que cae sobre un pilar de granito. Pero la leyenda más comentada dice que es la sombra de un sacerdote disfrazado de peregrino esperando eternamente por su amada, una monja de clausura que vivía en el convento de San Paio de Antealtares, que nunca acudió a su cita de amor. 



Por la noche disfrutamos del ambiente de la ciudad, sobre todo estudiantil, y al día siguiente  regresamos a Barcelona, ya sin hacer paradas turísticas.

Cuando el autocar se detuvo en la Estación Nord, el chófer nos ayudó a coger los equipajes y nos despedimos de él y de la azafata.

Mi tía y sus amigas dijeron que en breve harían otro viaje pero, en esta ocasión,  alquilarían un autocar Alsa Premium, para disfrutar de sus lujos.

Yo, que no era aficionada a estos viajes, no dudé en acercarme a ella y pedirle que me reservara una plaza. Me miró sorprendida y se rió, asegurándome de que así lo haría.

FIN 

Nos vemos en la próxima entrada. ¡Un saludo!