martes, 20 de julio de 2021

VACACIONES (RELATO: LA POLÍTICA)

 

Ya estamos en pleno verano y me despido durante una semanas  para disfrutar de las vacaciones. Agradezco mucho vuestras lecturas y comentarios. Espero que nos volvamos a encontrar en la próxima temporada. 
No os olvidéis de escribir (si os gusta) y leer mucho. 
Os dejo un pequeño relato que escribí hace tiempo en un curso de escritura creativa. 
¡Hasta pronto!







LA POLÍTICA

 

Se veía venir que iba a ser política. Lo llevaba en la sangre. Desde pequeña tuvo un buen aprendizaje que la enseñó a ir por el camino de la codicia.

Sus padres tenían una tienda de ultramarinos. Era la única que había en el pueblo y tenían asegurada la clientela del lugar y alrededores.

A pesar del dinero que ganaban, no vivían con lujos. La tacañería no les permitía desear más que trabajar de sol a sol, sin tener más expectativas en la vida.

Pero su actitud no impidió que criaran a su única hija con mimo excesivo. Le consentían todos los caprichos y le enseñaron que podía soñar con hacer realidad cualquier sueño sin importar lo que tuviese que hacer para conseguirlo.

Con esos sueños de grandeza, creció convencida de que no fantaseaba solo con adquirir riquezas, sino también poder, y la mejor manera de conseguirlo era haciendo la carrera en política.

Pero lo que desconocía y no le enseñaron, era que la avaricia se nota en los ojos, que se tornan intensos, brillantes pero no miran a las personas, sino más allá, a un mundo idealizado que solo los avariciosos vislumbran.

La sonrisa también deja de ser sincera para convertirse en una mueca forzada, falsa y cínica que no puede ocultar ni el mejor pintalabios.

Y las manos nunca permanecen quietas. Se frotan con intensidad al sentirse satisfechos por los planes que pasan por su mente que auguran más poder, nuevas adquisiciones o victorias.



Nunca pensó que los votantes reconocerían esos gestos y, así como se sintieron atraídos por sus palabras llenas de falsas promesas, le volvieron la espalda, en silencio, y se quedó sola, vacía, sin metas.

Un día se levantó y el público no se molestó en escucharla. Ya no sonaban los aplausos tras sus palabras, ni los vítores. Y entonces dejó de saber qué podía hacer con su vida. Se sentía vacía.

 

FIN


miércoles, 14 de julio de 2021

ROBERTO GAITE

 



ROBERTO GAITE

 

Hace unos cuantos años (allá por los años 90) decidí que había llegado el momento de escribir una novela en serio. Y digo “en serio” porque había escrito novelas y relatos anteriores pero nunca pensé en hacerlo como algo que pudiera publicarse algún día. Así que, casi puedo decir que mi primera novela es “Roberto Gaite”.

¿Por qué el personaje es masculino y no femenino? Porque había escrito tantas historias desde el punto de vista de una mujer, que me apetecía hacerlo desde el punto de vista de un hombre. Meterse en la piel de un hombre no es fácil pero fue muy interesante. La novela no está escrita en primera persona pero, evidentemente, Roberto es el personaje principal y todo lo que sucede tiene que ver con él y su mundo.

¿Cómo preparé esta novela?

Tenía claro que quería que estuviese ambientada a finales del siglo XIX o principios del XX pero la ciudad en la que la ambientaría debía ser ficticia y la  llamaría Próspera.



Próspera era una ciudad que, a pesar de ser pequeña, disponía de todas las modernidades que existían en esa época pero, por ser pequeña, la gente de clase alta era más conservadora y reacia a aceptar ciertos cambios. Roberto, a pesar de ser barón, rompía con ese esquema clásico. Apasionado de la música y de su carrera profesional -la medicina-, deseaba que su ciudad tuviese el mejor hospital de toda la nación, así como otras mejoras en la sociedad.

La ciudad está dividida por un río que separaba el centro, la zona rica, de la zona pobre.

Como en todas las ciudades, había locales donde solo se reunía la gente de clase alta: teatros, cafés, etcétera. Un hipódromo donde se celebraban carreras de caballos los domingos. Un parque donde la gente se reunía para pasear a pie o en carruaje. En este parque hay un estanque formado por el río donde se puede navegar.

Uno de los momentos en que Roberto demuestra su rebeldía es cuando decide abrir un casino. A pesar de ser un negocio aceptado en otras ciudades, en Próspera mucha gente piensa que puede ser un lugar inadecuado por estar dedicado al juego, algo considerado pecaminoso.

Desde el principio tuve bien definidos a los personajes, sobre todo a Roberto, Isaías y Soledad.  Irene, la esposa de Roberto, solo era un recuerdo doloroso para ellos, así como el hijo de ambos (al menos en dos novelas de esta historia). Y es ese dolor el que marca su carácter poco convencional para los caballeros de la época. Un carácter que es tan admirado como aborrecido por los demás ciudadanos.

Lo que más deseaba escribir en esta novela eran los diálogos. A través del enfrentamiento entre los personajes se conocen sus caracteres, sus sentimientos y sus secretos.  

Se puede decir que hay dos antagonistas en la novela: Soledad (esposa de Isaías) y Lucas (un pariente de Roberto que aparece de pronto en la ciudad y de cuya existencia él no tiene conocimiento). El rencor de ambos hacia Roberto los unirá, así como enfrentarán a Roberto a sus recuerdos, manifestará su lado más mordaz y le obligará a plantearse el futuro. La decisión que toma al final de la novela estará influida por una mujer, Julia Colmenar, que aparece en la ciudad de pronto tras quedar viuda y se enamora de Roberto, así como algunos sucesos inesperados para él. Sobra decir que Julia pone el punto más romántico en la historia.

Los demás personajes de la novela: médicos, la condesa doña Carmen, madame Berta, el alcalde don Martín, etcétera, además de crear diferentes momentos de más o menos tensión en la historia, ayudarán a perfilar el carácter de los personajes principales y de la ciudad.

El físico de los personajes también es importante. Soledad y Julia eran conocidas por su belleza, aunque siempre se mantiene que la difunta esposa de Roberto era mucho más hermosa. Los hombres son atractivos o normales. Lucas y Roberto se parecen bastante, aunque la gente tarda en saber que son parientes. 

En aquellos tiempos, un actor que podría ser referente para imaginarse a Roberto, es Mandy Patinkin, sobre todo por su fuerza expresiva y la mirada. Aunque, a mí no me gusta poner rostro  a los personajes de las novelas. Prefiero que los/as escritores/as se los imaginen.


Cuando hago referencia al atractivo de un personaje, ya sea masculino o femenino, suelo referirme a que no es un/a perfecto/a Adonis/Venus, pero sí tiene en conjunto, por sus rasgos, postura y carácter, algo que los distingue de los demás.

El final de esta novela podría considerarse abierto porque se pueden plantear algunas preguntas por simple curiosidad. No es el típico final feliz que se puede esperar de una novela que, sin ser la típica romántica, sí se engloba dentro del romanticismo/drama.

Y es ese final el que me hizo escribir una continuación. La verdad es que disfruté tanto con estos personajes que deseaba ampliar su mundo. En esta segunda parte que titulé “El regreso de Roberto Gaite”, desaparecieron algunos personajes de la primera novela y aparecieron otros nuevos que, por supuesto, interactúan bastante con Roberto.

Pasado un tiempo, después de escribir la segunda parte, decidí crear otra parte de la historia de los personajes porque deseaba responder a cómo pudieron conocerse los personajes principales. Me refiero a Roberto, Isaías, Soledad e Irene. Entonces, escribí la novela en la que se descubrirían los comienzos de su amistad y enamoramientos. Esta novela la titulé: El gran amor de Roberto Gaite.

La segunda y tercera novelas son las más románticas de las tres. Pero escribir esta tercera parte, que sería el comienzo de todo el universo de Roberto, me planteó preguntas que no tenían respuestas. Así que escribí una cuarta novela, más corta, en la que se descubriría qué había pasado con Irene y Adolfo, el hijo de ambos. Cómo se llevó al fatal desenlace y cómo cambió el carácter del protagonista. Esta cuarta historia la titulé: El dolor de Roberto Gaite.

 A pesar de haberlas escrito en este orden:

·         Roberto Gaite

·         El regreso de Roberto Gaite

·         El gran amor de Roberto Gaite

·         El dolor de Roberto Gaite

Se pueden leer en este orden:

·         El gran amor de Roberto Gaite

·         El dolor de Roberto Gaite

·         Roberto Gaite

·         El regreso de Roberto Gaite.

Aunque yo, como creadora de esta historia, prefiero respetar el primer orden.  Y, de hecho, las publiqué así en tapa blanda y libro electrónico:



Roberto Gaite

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"Las mujeres se sentaron cerca de la galería para no sentirse agobiadas por el  calor que empezaba a inundar el salón. Soledad se abanicaba con un abanico de encaje negro. Miró a Julia y comprobó el interés que había suscitado en ella Roberto. La duquesa no dejaba de mirarlo y en sus mejillas podía verse un incipiente rubor.

—Espero que lo estés pasando bien, Julia –comentó.

—¡Oh, sí, gracias! –exclamó, un poco turbada─. El Barón toca muy bien el piano.

—Sí, siempre le gustó mucho la música. Yo diría que es su afición favorita.

—No me has presentado a su esposa –dijo Julia.

Soledad sonrió divertida.

—Roberto es viudo, querida.

Julia la miró, sorprendida.

─Sí, es viudo ─repitió─, desde hace cinco años –añadió Soledad─. Y no tiene intención de casarse de nuevo.

—¿Cómo puedes estar tan segura? ¿Tan bien le conoces?

Soledad cerró el abanico y apoyó una mano en el brazo de su amiga.

—Es indudable que el barón te ha causado buena impresión. Pero, permíteme que te dé un consejo, querida. Olvídate de Roberto Gaite. Cualquier mujer en su vida no tendría más valor que su perro. Vive anclado en el pasado, guarda rencor en su corazón. No, Julia, jamás hallarías la felicidad junto a él".

EL REGRESO DE ROBERTO GAITE

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"Dejaron los caballos sujetos a una puerta enrejada y subieron al campanario. Como había dicho ella, las vistas eran espectaculares. Las contemplaron embelesados un rato.


─No pareces muy cómodo ─comentó ella.

─A mí mujer también le gustaba subir aquí ─explicó Roberto.

─¡Vaya!¡Qué coincidencia! Lamento traerte malos recuerdos.

─No lo son. Recordar a Irene jamás se convertirá en un mal recuerdo para mí ─esbozó una sonrisa nerviosa.

Julia se acercó a más a él. Se quitó uno de los guantes y le acaricio una mejilla.

─Te he echado mucho de menos, Roberto ─le dijo y lo besó en los labios".


EL GRAN AMOR DE ROBERTO GAITE

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"Irene cogió una pasta y empezó a mordisquearla. Centró nuevamente su atención en el exterior. Solo veía pasar gente de un lado para otro, apurando sus pasos para guarecerse de la lluvia en los soportales, sorteando carruajes de diferentes clases. De pronto le llamó la atención un caballero que parecía venir hacia el “Plaza”, caminaba rápido y llevaba un libro bajo el brazo. Sintió que su corazón empezaba a latir velozmente. Era la primera vez que le sucedía algo semejante. El hombre cada vez estaba más cerca. Podía distinguir sus ojos, tan negros como sus cabellos,  y sus rasgos, más viriles que los de la mayoría de los hombres de su edad. Cuando él se adentró en el soportal, ella se echó hacia atrás en el asiento, temerosa de que la descubriese. Se llevó las manos a la cara. Sus mejillas estaban ardiendo. Bebió un poco de té para tranquilizarse y volvió a buscar al hombre pero ya no estaba allí y no había entrado en el café. Su madre regresó e Irene desistió de seguir buscando al hombre entre la multitud".


EL DOLOR DE ROBERTO GAITE

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"Roberto y su familia llegaron justo a tiempo de empezar la misa. Se sentaron en un banco, cerca de la entrada.

Cuando terminó el oficio, salieron al exterior y saludaron a sus conocidos.

─Es realmente sorprendente que no te hayas quedado en el hospital ─comentó Soledad a Roberto con sarcasmo─. Últimamente ese lugar parece que se ha convertido en tu hogar.

─Solo cumplo con mi obligación ─respondió él.

─Igual que los demás médicos, Roberto. Solo que ellos saben que también tienen familias que atender ─replicó".



Como he dicho, disfruté mucho con esta historia y sus personajes.  Tenía las ideas tan claras que escribí en poco tiempo cada novela.

Años más tarde, cuando las revisé para corregir y publicar, recordaba todo de ellas, principalmente de las dos primeras novelas. Como podéis comprobar las publiqué en Amazon. No fue fácil tomar esta decisión. Cuando publicas una novela parece que te desprendes de algo muy personal y esta historia de Roberto Gaite es muy especial para mí. Pero ahí están, os he dejado los enlaces por si os interesa haceros con ellas. Y, si las leéis, espero que disfrutéis con ellas tanto como lo hice yo escribiéndolas.

 Y hasta aquí llega esta entrada. Espero que os haya gustado.  ¡Nos vemos! 





 

sábado, 3 de julio de 2021

PUBLICAR UNA NOVELA

 



PUBLICAR UNA NOVELA

 

Hoy en día es muy difícil conseguir que una editorial tradicional (de las que no cobran por publicar una novela) apueste por el trabajo de un/a escritor/a novel.

Y la gran cantidad de escritores/as que desean ver su trabajo impreso ha desembocado en la creación de diferentes tipos de editoriales que no tienen inconveniente en publicar tus obras. Aunque no lo hacen gratis, por mucho que insistan. Todas cobran de una manera u otra.

Se puede decir que hay tres tipos de editoriales:

  •   Editorial tradicional: no cobra por tu trabajo. Los beneficios por tu publicación no son muy altos pero te ayuda a generar una imagen como autor.
  •  Editorial de auto-edición: Ellos hacen todo el trabajo y tú pagas por ello. El porcentaje de beneficios suele ser mayor y tienen plataformas donde promocionar tus libros. A veces, incluso, hacen promociones con público. Lo normal es que cobren por servicio prestado.
  •  Editorial de coedición: En estos casos los gastos y beneficios irían al 50% para cada uno: editor y escritor.  Algunas editoriales se hacen llamar de coedición cuando, en realidad, trabajan como las de auto-edición y cobran más de lo que corresponde. Es algo que debéis comprobar si os decidís a publicar con una editorial de este tipo.

Os comentaré mi experiencia con una editorial no tradicional:


Reconozco que solo envié un manuscrito a una editorial de este tipo. Aseguran –creo que todavía existe la editorial- que no cobran por publicar tu obra. Y es cierto. Su modo de operar es sencillo. Revisan tu obra, te la devuelven para que corrijas los errores, si los hubo; hacen la portada e imprimen la obra, además de promocionarla, al menos una vez, ante el público. Por otro lado, también publican tu libro en diferentes plataformas online como Amazon, etc. Por tanto, también se ofrece la obra como libro electrónico.

Hasta aquí todo bien. Parece que no tienes que preocuparte de nada pero no es cierto. De la tirada de libros que imprimen, la mitad, más o menos de 100 ejemplares (no recuerdo exactamente) los tiene que vender por tu cuenta. De los otros, si no se consiguen vender,  tendrías la opción de comprarlos para venderlos también por tu cuenta, o los rebajan de precio y los venden ellos, con lo que los beneficios serían menos significativos. Si necesitas promocionar más veces tu novela, tendrías que buscarte la vida, aunque la editora no tendría inconveniente en estar a tu lado, al menos eso asegura. (Como no llevé el proyecto a cabo, desconozco si después vendría algún “pero”). De todos modos, sería una manera de hacer publicidad gratuita de su editorial.  El contrato, en este caso, tendría una duración de dos años, que no está mal, pues lo habitual es que tenga una duración de un año.

Ante esta expectativa, decidí no firmar el contrato. Si hay algo que tengo claro es que no quiero, al menos de momento, gastar dinero en algo que no me va a aportar beneficios. Solo intento ser realista. Quizás haya alguien que ha conseguido vender muchos libros (y me refiero a miles, no cien, ni doscientos) y pueda convertirse en un/a escritor/a aclamado por otro tipo de editoriales más tradicionales que te ayuden a llegar a la fama. Pero, lo normal, es que con lo que vendes a través de estas editoriales no tradicionales, solo te conozca tu familia, tus amigos y cuatro más por el boca a boca. Y los beneficios no te ayudan a recuperar lo gastado.

No digo que eso esté mal. Cada persona cumple su sueño como desea y le conviene pero para mí es un camino muy tramposo que no termina de convencerme.

Los gastos en estas editoriales no tradicionales oscilan entre los 300 y más de 1000 €. Suponed que queréis u os exigen hacer 100 libros al costo de 15€/libro, tendríais que pagar 1500€. Haced vuestros cálculos para saber cuántos libros tendríais que vender para recuperar ese dinero y obtener algún beneficio. Quizás compense ir a una imprenta de toda la vida y encargar la impresión de vuestro libro. Del resto os ocuparíais vosotros/as y no repartiríais las ganancias con nadie.

De hecho, si yo hubiese firmado el contrato con esa editorial, la mayor parte del trabajo lo habría hecho yo. Tendría que vender a familiares, amigos (que no son un gran número), ir de puerta en puerta, librería en librería. Si quisiera hacer eventos con público tendría que ir de café en café o casa cultural, o allí donde me lo permitiese el dinero o los amigos (que no dispongo). Otra cosa sería atraer público a esos eventos, siendo desconocida. Para mí, en ese momento, lo vi tan difícil que decidí no firmar.

Por ello, para quienes no queremos o podemos gastar tanto dinero en publicar un libro y para quienes no queremos o no podemos ir de puerta en puerta vendiendo nuestro trabajo, existe otra manera de publicar: autopublicar.

Así que, un día decidí autopublicar mis novelas en Amazon. Existen otras empresas o plataformas donde también se puede autopublicar y tienen buena acogida por parte de los/as escritores/as y lectores/as. Yo aún no he probado con ellas.

Autopublicar tiene un inconveniente: debes formarte como corrector, maquetador, creador de portadas. Y no es fácil, aunque tampoco imposible. Yo estoy en ese camino. Si este trabajo de abruma, siempre puedes contratar los servicios de alguien por diferentes precios.  


Cuando autopublicas tienes la ventaja de que, una vez vendes tu libro, solo tienes que preocuparte de recibir las ganancias. Y siempre que lo necesites puedes corregir y cambiar el contenido del libro, incluida la portada.


Por supuesto, es importante dar a conocer la obra. Amazon ofrece algunos servicios. De todos solo utilicé el KDP Select,  que “es un programa gratuito para libros Kindle que le ofrece la oportunidad de llegar a más lectores y ganar más dinero sin ningún coste adicional” (copiado tal cual lo explican ellos).

Aparte de este servicio, si quieres vender te toca currar. Es fundamental promocionar tus obras a través de las redes sociales y, por supuesto, extender tus redes para llegar a más gente.

También puedes darte a conocer como escritor/a publicando alguna obra a través de plataformas. Si a la gente le gusta cómo escribes, siempre puedes ganar un/a lector/a que decida comprar tus obras.

Otra forma de conseguir un nombre y, de paso, publicar un libro, es participando en algún concurso. Lo cierto es que, estoy totalmente convencida de que no hay mejor propaganda para un/a escritor/a novel que ganar algún concurso literario.

También es un buen recurso conseguir reseñas/opiniones sobre tus libros. Aunque la fiabilidad de éstas puede ser cuestionable, al menos para mí. Hay gente que te pide un libro gratis a cambio de una buena reseña. También puedes encargar a un familiar o amigo que te escriba la opinión en la red social que te convenga. Y si piensas que diciendo esto soy mal pensada, te aseguro que no. He visto de todo y he tenido alguna experiencia que me da la razón.

Yo solo he conseguido reseñas en las diferentes plataformas digitales donde he publicado y en el blog. Y agradezco que todas fueran positivas. 

Pero, olvidándonos de los posibles engaños que pueda haber en este mundo, si una cosa nos debe quedar clara es que publicar un libro es un camino difícil. Vender y conseguir fama mucho más difícil todavía. Aun así, no debemos perder la esperanza. Después de todo, escribimos porque nos apasiona y no vamos a dejar de hacerlo por un problemilla de nada, ¿verdad?

Quizás vosotros/as habéis probado suerte con las editoriales, de cualquier tipo, y os ha ido bien. Y si no es así pero tenéis pensado hacerlo, os deseo mucha suerte. 

Aprovecho esta entrada para agradecer a todos los/as lectores del blog y a quienes han comprado alguno de mis libros. ¡Un saludo!