domingo, 25 de febrero de 2024

PRUEBA DE AMISTAD

 



Hola lectores/as:

En esta ocasión voy a compartir con vosotros/as una breve relato que escribí durante mi participación  en el curso de escritura creativa, allá por el año 2019.

En esa ocasión teníamos que crear un relato que tratara un drama histórico-ficticio.

Espero que os guste.

PRUEBA DE AMISTAD

 

Soy el profesor Yakamoto Origoto y, encontrándome ya en una edad muy avanzada, he decidido compartir un recuerdo que, para incertidumbre de muchos japoneses, sigue siendo motivo de preocupación en el pueblo norteamericano, así como motivo de estudio.

Esta historia se centra en el día 7 de diciembre del año 1941, exactamente en el puerto de Pearl Harbor, Hawai, EE.UU. Las fuerzas japonesas atacaron una base militar situada en ese puerto. Los norteamericanos, tras el ataque, no tardaron en anunciar que nosotros habíamos matado a más de 2000 personas, que hundimos varios acorazados, embarcaciones de otro tipo y algunos aviones. Estoy totalmente seguro de que exageraron con las cifras, me parece que Pearl Harbor era un lugar demasiado pequeño para albergar tanto material y tanta gente. Además, nuestros espías de entonces, nos habían informado de que Hawai solo era un islote donde había indígenas que bailaban al hula hula todo el día. La prueba más irrefutable de que nuestra versión es cierta es que el vicealmirante Chuichi Naguno presentó al único marinero que habíamos capturado. Si hubiese más gente, no duden de que nosotros habríamos conseguido más prisioneros.

Este marinero que llevamos a nuestro honorable país tuvo el privilegio de conocer nuestra cultura. Pero antes de llegar, nuestros hombres, junto con el prisionero, tuvieron que cruzar el Pacífico durante un tiempo en el que los norteamericanos no dudaron en sacar su artillería para plantarse en Europa con la única pretensión de conquistar nuevas tierras y, de paso, echar fuera a un tal Hitler con cara de tubérculo que, cada vez que abría la boca, gritaba para que se le escuchara en los cuatro puntos cardinales, aunque no se le entendiera nada.

Dejando a un lado esa parte de la historia que no nos interesa, debemos recordar que, gracias a nuestra demostración de fuerza armamentística y estratégica, EE.UU. pudo ampliar sus conocimientos de física, saber dónde se encontraba Japón en el mapa y llevar a la práctica sus experimentos en nuestras tierras. Pero sus ansias de demostrar su poder no acabaron ahí. Tras lo que ellos llaman la Segunda Guerra Mundial, se instalaron en nuestras islas, bebieron sake, conocieron el arte de beber té, conocieron a las  geishas del soho, a quienes insistían en llamar “Madama Butterfly”, y aprendieron artes marciales que no dudaron en demostrar en diferentes películas de cine.

Actor Chuck Norris


Había tantos americanos que era difícil no tropezarse con ellos por las calles. En una ocasión conocí a un joven español que, tras contarle esta historia, me dijo –entre risas- que era como una invasión “a la gallega”, porque había gallegos en todas partes, incluso aseguraba que hay uno en la Luna. Yo creo que esto ya forma parte de la fantasía/folclore popular. En Japón sabemos que en la Luna solo habitaba la princesa Kaguya-Hime.



En realidad, no nos importó que los americanos se instalasen en nuestro querido Japón pues compartimos las diferentes culturas, aprendiendo unos de los otros. Ellos nos regalaban chocolate, cigarrillos y Coca-Cola, y nosotros les regalamos relojes Casio y cómics Manga.

Gracias a aquel intento de invasión por nuestra parte y tras pasar unos cuantos años en paz, los japoneses hemos decidido que había llegado el momento de demostrar nuestra amistad, una vez más. Los relojes ya han pasado de moda. Es mi obligación y responsabilidad hacer entrega de uno de nuestros bienes más preciados al gran pueblo norteamericano: el gran GODZILLA. Solo esperamos que lo reciban con el respeto que se merece y no intenten extinguirlo como así hicieron con los búfalos.



No puedo expresar mis más profundos sentimientos, solo puedo decir que me siento orgulloso de nuestro buen hacer para seguir manteniendo la paz entre los dos pueblos y confío en que el gran GODZILLA demuestre su bravura y nos devuelva nuestro honor como pueblo.

FIN

 Espero que os haya gustado y nos vemos en la próxima entrada. ¡Saludos!






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