viernes, 18 de junio de 2021

CREANDO UN PERSONAJE

 




CREANDO UN PERSONAJE

 

Hay varios requisitos o reglas que se utilizan para crear un personaje. Siempre he sido autodidacta, así que, si a la hora de inventar mis personajes he coincidido con estas reglas, es por casualidad. De hecho, tardé años en adquirir un libro que habla sobre cómo escribir una novela. Y mucho más en buscar información en internet.

En casi todos los blogs y páginas webs que he leído sobre las normas a seguir para crear un personaje son iguales, con mayor o menor amplitud de puntos.




Aquí os comento algunas de esas reglas, aportando mi opinión personal.




Conocer al personaje: No puedes escribir una historia si no tienes claro cómo son tus personajes. Y no se refieren solo al físico, sino a su carácter, sus costumbres, rarezas. Los personajes son una extensión de nosotros mismos y, aunque no se parezcan a nosotros en la realidad, debemos considerarlos como amigos, familiares, gemelos. Tenemos que profundizar en ellos hasta aburrirnos, hasta sentir que podríamos ser ellos. Supongo que sería algo así como lo que hacen algunos actores con sus personajes. Durante el tiempo que actúan, se meten tanto en la psicología del personaje, que luego necesitan un tiempo de terapia para olvidarse de esa personalidad que los ha fascinado y dominado por igual.

Que sea verosímil: incluso si la novela es de humor, los personajes tienen que parecernos reales. Debemos hacer que el lector o lectora sienta que es posible que exista ese personaje aunque pueda saltar de nube en nube o vivir bajo el agua sin botella de oxígeno. Y yo creo que la clave está en la configuración de su carácter. Humanizar a los personajes, incluido los monstruos, extraterrestres, objetos inanimados, etcétera, nos ayudará a que los lectores sientan empatía con él/ella.

Permitir que se transforme, que crezca, evolucione: Nosotros evolucionamos a lo largo de la vida y cambiamos de opiniones según las circunstancias y la madurez. Los personajes deben poder hacer lo mismo pero siempre apoyándonos en una lógica. No podemos crear un personaje que crea que un cuadro es blanco, y luego decidir que es negro sin un argumento lógico y que al lector no le parezca absurdo (salvo que estemos creando un personaje con algún tipo de problema psicológico, razón que tendría que quedar bien aclarada en la descripción o trama).

Describir lo justo y necesario: Es necesario describir el físico de los personajes, sobre todo al principio de la historia porque todos tendemos a imaginarlos como nos apetece y, si por alguna casualidad, damos algún dato en medio de la novela, podemos romper esquemas y perder el interés del/a lector/a. No es necesario profundizar en las descripciones, si no lo consideramos necesario, pero siempre debemos resaltar una cualidad, un rasgo, que consideremos distintivos e interesantes para la creación del personaje y su desarrollo en la trama. 

Describirlo y darlo a conocer a través del pensamiento o comentarios de otros personajes: Muchas veces es necesario y aconsejable que sea a través de otros personajes el modo de dar a conocer rasgos físicos, el carácter, anécdotas de su vida, secretos, de los personajes principales. Eso hará que la narrativa sea más enriquecedora.

Los personajes secundarios también son importantes: Los personajes secundarios tienen su importancia y deben ser creados con sumo cuidado. Incluso el que aparece en menos páginas y parece un personaje superfluo, porque si lo hemos creado, es porque lo consideramos necesario. No tenemos por qué extendernos en su descripción, pero sí es aconsejable que remarquemos algún detalle para hacerlos creíbles y no se conviertan en simples sombras pasajeras. Estos personajes pueden acompañar al personaje principal para llevar a cabo las acciones y/o pueden tomar decisiones que influyen en él/ella.

Los personajes deben ser realistas: Cuando veis una película ¿no os habéis preguntado cuándo van al baño? ¿Acaso no tienen sed? ¿No comen? ¿Por qué no engordar con esas comilonas? Parece absurdo pero un personaje que está humanizado es mucho más creíble. Así que deben hacer, de vez en cuando, algo que hacemos nosotros en nuestras vidas. Y no me refiero solo a satisfacer sus necesidades básicas, sino también a mostrar su carácter en toda la amplitud que se lo permita la trama. Si tiene que enfadarse por una tontería en algún momento, que lo haga, y no nos cortemos solo por temor a que deje de parecer perfecto/a. Aunque, siempre debemos tener en cuenta que los cambios que manifestemos sigan una lógica en la novela y no un capricho del escritor, metido con calzador para cumplir con la norma.

 


A la hora de crear el personaje es importante utilizar un programa como Excel para anotar las descripciones. Si necesitas fotos, hazlo. Si no te atreves con Excel o una base de datos, usa Word (puedes crear una tabla). Otro gran recurso es utilizar una libreta, sin más. Incluso “post its” son de gran ayuda para recordar algún dato de los personajes.



A veces, cuando creamos un personaje nos hemos basado en otro que hemos visto en la televisión, cine; o lo hemos conocido a través de la lectura. Nos llamó la atención alguien real: amigo, familiar, etc. Pero, desde mi punto de vista, creo que es importante coger solo algunas características y no convertir nuestro personaje en una copia exacta. Dejaría de ser insólito, tal vez, creíble e incluso el lector/a podría darse cuenta y, salvo excepciones, considerarlo una burda copia del original. Ya sé que no hay nada nuevo bajo el sol (esta frase la repito mucho) pero siempre hay un detalle o detalles que hacen que algo o alguien sea diferente, irrepetible y admirable.

He comprobado a través de las redes sociales que muchas escritoras de novela romántica utilizan las imágenes de famosos (actores, actrices, modelos, cantantes) para crear sus personajes y los dan a conocer con esas fotografías. A mí me gusta mucho la imagen y, cuando compartía relatos en mi antiguo blog, ponía fotografías pero, una cosa es un blog y otra una novela. Aunque las portadas de novelas románticas suelen tener imágenes reales (sobre todo la novela de bolsillo), a veces esas imágenes están tratadas para que no se vean como fotografías, sino como ilustraciones creativas. Y yo soy más partidaria de dejar que el lector/lectora se imagine el personaje como quiera, con la simple descripción es suficiente. Para poner imagen a los personajes ya tenemos el arte visual: cine, televisión, teatro… Además, la imagen que tienen los escritores de sus personajes,  no tiene por qué coincidir con la del lector exactamente. Alguna vez he visto imágenes de famosos (compartidas por las redes sociales por las autoras) que no me resultaron agradables para imaginármelos como personajes de una determinada novela. Y para mí, eso es peor que una portada fea. No me convence para comprar esa novela.

Cuando creo a mis personajes, pienso mucho en ellos. Me los imagino físicamente, los pongo en diferentes situaciones, los veo dialogar entre ellos, resolver problemas. No todas las escenas que imagino las llevo a la novela pero me ayuda mucho a conocerlos mejor. Los personajes, pueden estar más o menos visibles en mi mente, pero las situaciones que viven tienen que ser reales, como si viera las secuencias de una película.

En mis historias, lo que más me gusta es enfrentar a los personajes entre ellos a nivel emocional. Me gustan mucho las escenas en las que sufren por la fuerza de sus sentimientos, dudas, recuerdos, amores y desamores, temores, odios. Trabajo mucho los diálogos que desarrollo.

Cuando compartí algún escrito en el blog que tuve anteriormente a éste, he recibido buenas críticas por los diálogos que escribía. Así como en otras páginas donde también compartí los relatos. Y es agradable saber que la gente reconoce lo que has querido transmitir en esas escenas.

Los personajes son los hijos de nuestra creatividad y debemos cuidarlos y mimarlos, incluso a los malvados.

Este tema también puede ser muy extenso e interesante. Seguro que volveré a tratarlo de nuevo en otra entrada en el blog. Muchas gracias por vuestras lecturas. Nos vemos. ¡Un saludo!





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