LOS
DIÁLOGOS EN LAS NOVELAS
En algunas novelas hay
más narración que diálogos y en otras sucede lo contrario. A mí me gustan mucho
los diálogos. Lo considero una buena herramienta para dar a conocer los
personajes a los lectores. A través del diálogo y sus pensamientos muestran su
carácter, sus temores, deseos, dudas, etcétera.
¿Cuántas veces, sobre
todo en la novela romántica, un personaje se cohíbe y no manifiesta sus
verdaderos sentimientos pero el lector/a los conoce a través del pensamiento
del personaje? ¿Cuán enriquecedor puede ser un diálogo bien hecho? La narración
puede centrarse en los pensamientos, en las descripciones del mundo que rodea a
los personajes, en las acciones pero es en el diálogo donde los personajes
interactúan y aportan mucha información, además de entretenimiento para el
lector.
Ejemplo de diálogo extraído de mi novela "La protegida del Vampiro"
"─Los sacerdotes no frecuentamos fiestas de ese tipo ─comentó el padre César cuando Víctor le comunicó la invitación durante la cena.
─Estoy seguro de que no habrá excesos en esa fiesta. Además, vos queríais conocer a la familia. ¿Qué mejor momento hay antes de regresar a Orense?
─¡Id a la fiesta, padre! ─exclamó Miguel─.
Es posible que encontréis a algún vampiro escondido ─sonrió burlón.
─Os aseguro que eso no tendría nada de
extraño ─replicó molesto el sacerdote─. He observado que ambos lucís un
medallón exactamente igual.
─Así es ─asintió Víctor─. Se lo regalé
yo.
─¿Representa algo especial? Lo normal
sería que vos ─miró a Víctor─ llevaseis un crucifijo.
─Representa nuestra amistad. Cuando
oficio misas, suelo llevar un crucifijo.
─Creo recordar haber visto un medallón
similar ─comentó pensativo.
─Existen cinco medallones como éste ─dijo
Víctor".
Aunque la escritura
debe ser libre, pues es una manifestación de nuestra manera de entender el
arte, hay unas pautas que se pueden seguir, y son recomendables sobre todo para
quienes empiezan a escribir y tienen dudas de enfrentarse a un diálogo entre
los personajes de su novela.
He aquí algunas normas
para los diálogos:
Conoce tu personaje:
Ya lo he comentado en otras entradas. Hay que conocer bien a nuestros personajes
para saber qué dirían en una determinada situación y, sobre todo, cómo lo
dirían. De hecho, esta parte la considero sumamente importante. No es lo mismo
que un personaje hable en el siglo XXI, a que lo haga en la época Victoria, por
ejemplo. Las maneras de hacerlo son muy diferentes y no tenerlo en cuenta
empobrece la historia. He visto alguna novela en la que se ha escapado alguna
expresión demasiado “moderna” para la época y no me ha gustado nada.
Interpreta su papel: Imagínate que tú eres el personaje y así sabrás qué podrías decir ante una determinada situación. Y, si puedes, no lo personalices. No eres tú haciendo de detective, cortesana, galán, princesa, etc. Es tu personaje haciendo algo. Así que, por mucho que las historias tengan una parte de nosotros, creo que una novela ficticia no debe ser una extensión de nuestra personalidad, si no buscamos novelar alguna experiencia personal, por supuesto.
En una ocasión conocí a
alguien que escribía novela romántica y las protagonistas (no lo observé solo
yo) siempre actuaban igual, y eran un reflejo de la personalidad de ella. En
algún momento, puede estar bien pero los lectores, sobre todo si te conocen
personalmente, lo consideran un error. Es como si escribieras tu sueño una y
otra vez y (creo que) nadie quiere imaginarse al/a protagonista como una copia
del/a escritor/a.
En diferentes páginas
webs he leído que aconsejan que hables en voz alta los diálogos para comprobar
si son creíbles. La verdad, no me imagino a un/a escritor/a consagrado haciendo
esto. No creo que lo necesite. Pero cada cual que encuentre su propio camino.
Rompe los diálogos con
acción: Mientras dialogan nuestros personajes, también
pueden hacer algo para dar dinamismo a la escena. Es posible que estén
sentados, pero pueden moverse en la silla porque se sienten incómodos con la
conversación. Tal vez tomen alguna bebida, comida o vean pasar algo por la
calle que les llama la atención.
No expliques lo que ya
se da por explicado a través de la acción, avanza:
Si ya hemos explicado una situación, sentimiento a través de la narración, no
deberíamos repetirnos, aunque yo opino que, a veces, es necesario remarcar o
recordar un hecho importante a través del diálogo, sobre todo en las novelas
largas y complejas.
Interrumpe, de vez en
cuando: No convirtamos los diálogos en monólogos. Cuando
un personaje habla, el otro u otros pueden interrumpirlo con preguntas,
comentarios. Como haríamos en la vida misma.
Haz que importe:
Es decir, que el diálogo está escrito porque lo consideras importante dentro de
la narración para, por ejemplo, dar a entender que un personaje cambia de
opinión, se cuestiona algo, etc.
Si son conversaciones
que se pueden prescindir, hazlo. Cuando corregí mi novela: “El dolor de Roberto
Gaite”, he suprimido muchos diálogos de este tipo que pueden considerarse “paja”.
Utiliza dinamismo en el
lenguaje escrito: Si puedes, procura que las frases sean
cortas y sencillas. Aunque, según mi opinión, esto depende de la novela. Tal
vez, en la narrativa actual se lleve ser económico en el uso del lenguaje, a
diferencia de las novelas de otras épocas, donde la narrativa y los diálogos
eran más profundos, largos y espesos.
No te pases con los “dijo”:
Yo lo hacía mucho cuando empecé a escribir. Es más, escribía: “dijo él”, “dijo
ella”. En mi ignorancia estaba convencida de que el/la lector/a no se iba a
enterar de quién estaba hablando en las escenas de la novela. Y, salvo que esté
mal narrada la historia, es fácil entender quién es la voz activa en cada
momento.
El lenguaje no verbal:
Es importante que los personajes se manifiesten con gestos, acciones, el tono
de voz. Es un mensaje que también aporta información a los otros personajes que
forman parte de la conversación y a los lectores. En mis novelas, los
personajes se miran mucho a los ojos, sobre todo cuando entre ellos hay un
sentimiento profundo, aunque no lo admitan. Y son esos pequeños gestos o el
tono de voz el que indica su estado de ánimo, definen su carácter.
El lenguaje no debe
imitar a la realidad: Los diálogos en las novelas no son
como los diálogos que tenemos en la realidad, al menos es lo que he leído como
consejo en diferentes páginas web y blogs. Aunque también he leído lo
contrario. Supongo que dependerá de la época en la que se desarrolla la acción.
Por ello, insisto, que
se debe tener en cuenta la época en la que se mueven los personajes. Si están
en el siglo XV, tal vez no escribiremos en castellano antiguo para que se nos
entienda (salvo que lo prefiramos), pero sí debemos tener en cuenta que tampoco
podemos hacer que nuestros personajes hablen como si estuviesen en medio de un
parque del siglo XXI. Hay expresiones que debemos respetar. Tal vez debamos
tratarlos con el pronombre “vos” (acompañado de la forma verbal
correspondiente), en vez de “usted” o “tú”. En incluso “usted” sea más correcto
que “tú” aunque los personajes sean de la misma edad si tenemos en cuenta el
formalismo que imperaba en determinadas épocas.
Por último insistiré en
el consejo que nunca falla: leer. A través de la lectura de todo tipo de
novelas, y de todos los tiempos, podremos aprender y mejorar nuestra narrativa.
Y, si estáis interesados, buscad información y libros que os enseñen a mejorar
los diálogos.
Espero que os haya
gustado esta entrada. Nos vemos en la próxima. ¡Un saludo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario